Se acerca la Navidad y, con ella, los momentos en familia alrededor de la mesa. Y si hay un alimento que no puede faltar jamás en cualquier festividad que se precie ese es el jamón ibérico. Con queso, con pan, aceitunas, vino… ¡O incluso solo! Lo que es innegable es que es todo un acierto siempre. No obstante, elegir el mejor jamón para estas ocasiones puede llegar a ser una tarea compleja. En esta guía te vamos a dar los tips que necesitas para elegir siempre el mejor jamón ibérico, y así sorprender a todos tus invitados. ¡Vas a convertirte en todo un experto!

Patas de jamón ibérico colgadas

Jamón serrano no es lo mismo que jamón ibérico

Uno de los errores más comunes que se suele cometer a la hora de elegir jamón es creer que todos son iguales. Y lo cierto es que no solo hay variedades dentro del jamón ibérico, sino que también hay otros tipos de jamón que no se parecen en nada en cuanto a sabor. Estamos hablando del jamón serrano, que se suele confundir con el ibérico… ¡Aunque solo a la hora de comprarlo! Porque tanto por sabor como por textura son totalmente diferentes.

Mientras que el jamón ibérico proviene de cerdos de raza ibérica, el jamón serrano proviene de cerdos blancos, normalmente Duroc. Las diferencias son palpables en el sabor, puesto que el serrano es mucho más suave que el ibérico, y esto es algo que se aprecia desde el primer bocado. Además, también varían las condiciones de crianza y, por lo tanto, también la calidad y el sabor final del producto. Eso no significa que el jamón serrano sea una mala elección, ¡pero es importante conocer las diferencias para que no te den gato por liebre!

Los 4 precintos o etiquetas del jamón ibérico

También es importante, además de saber la raza del cerdo, prestar atención al etiquetado que el jamón trae consigo. Y es que estos precintos nos indican de forma precisa la calidad del jamón, así como el proceso de elaboración. Hallarás cuatro etiquetas diferentes:

  • Blanco: nos señala que hablamos de un jamón de cebo ibérico, es decir, criado en un cebadero y que se ha alimentado toda su vida a base de pienso.
  • Verde: en este caso, hablamos de cerdos que han sido criados en la dehesa. Gracias a eso, obtienen una alimentación mucho más compleja, en la que se alimentan tanto de hierba como de piensos.
  • Rojo: los jamones que llevan la etiqueta roja han sido alimentados con bellota, pero no son de raza ibérica pura, sino que tienen una mezcla con cerdos de otras razas.
  • Negro: la etiqueta negra nos habla de los cerdos con la mejor calidad, puesto que son 100 % ibéricos y, además, han sido alimentados únicamente por bellota.

Puede que, para ocasiones especiales, te apetezca apostar por jamones con etiqueta roja o negra, puesto que su calidad es palpable. Lo importante es que sepas la diferencia entre ellos y, por lo tanto, puedas escoger en base a lo que realmente quieres.

Denominaciones de origen

Otro factor determinante a la hora de elegir jamón es la Denominación de Origen. Estas hacen referencia a las regiones en las que estos cerdos se han criado y se han producido. Y es que, aunque a priori pueda parecer un detalle nimio, ¡nada más lejos de la realidad! Hay denominaciones de origen, como el reconocido Jamón de Jabugo, que proviene de la Sierra de Huelva, que son especialmente valoradas y apreciadas. Y es que tiene unas características especiales que nos hablan de un sabor mucho más intenso y una textura más jugosa. El mero hecho de conocer las denominaciones de origen te permitirá decidir cuál prefieres teniendo mucha más información.

Como añadido extra, debes saber que las Denominaciones de Origen más importantes son las siguientes:

  1. D.O.P. Guijuelo: proviene de Salamanca, y cambia notablemente el proceso de curación. Esto se debe a que este tiene lugar durante más tiempo, y en secadores que están a más de 1.000 metros de altitud. Con esto, lo que se consigue es un sabor más dulce.
  2. D.O.P. Los Pedroches: estos provienen de Córdoba, de la Reserva de la Biosfera de las Dehesas de Sierra Morena. Su sabor se caracteriza por la intensidad, y sus lonchas son mucho más untuosas.
  3. D.O.P. Jabugo: es el más conocido de todos, y una auténtica delicia. Los cerdos pastan libremente en dehesas andaluzas, y también en Badajoz, y pasan por un proceso de elaboración de más de cuatro años. ¡Un manjar que merece la pena probar!
  4. D.O.P. Dehesa de Extremadura: estos cerdos disponen de un gran espacio abierto, donde pueden realizar ejercicio físico cada día. Engordan de forma más lenta, y eso hace que su sabor cambie por completo.

Examen visual

Más allá de todos esos datos más o menos técnicos que debes conocer, también es importante que hagas un examen visual con detenimiento del jamón que vayas a comprar. Debes observar el color, la forma de la pezuña, si la grasa se ha infiltrado de forma más o menos homogénea, si la carne es consistente… Lo ideal es que la pezuña sea negra, la forma esté más o menos estilizada y, además, la carne tenga un rojo intenso. No apuestes por jamones que tengan manchas blancas, o desperfectos claros.

Puntos de compra confiables

Un consejo que en ocasiones tendemos a olvidar (y uno de los más importantes) es el de comprar únicamente en sitios fiables. Nada de buscar el jamón ibérico más barato posible, especialmente si no conoces el establecimiento al que estás yendo o en el que estás comprando online. Porque, en ese caso, podrías estar consumiendo un producto que no es lo que realmente debería ser. Apuesta siempre por sitios de renombre y prestigio, que aporten unas condiciones tanto de venta como de posventa que te hagan sentir seguro.

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¿Debo elegir jamón o paleta?

¡Y llega una de las grandes dudas! ¿Jamón o paleta? Lo cierto es que esto va a depender en buena medida de tus preferencias personales y de tus gustos, puesto que ambos son productos de buena calidad. El jamón suele tener un sabor bastante más intenso, así como una textura diferente, más jugosa. Por otro lado, nos encontramos la paleta, con un sabor suave y una textura algo más firme.

Si quieres conseguir que tus familiares y amigos se queden boquiabiertos por el sabor, mejor jamón ibérico. No obstante, si buscas algo más suave, una paleta es un acierto seguro también.

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