La fondue de queso es uno de los platos más conocidos de la gastronomía suiza. Este plato nació de la costumbre adoptada por los pastores de las montañas suizas. Ellos calentaban trozos de quesos viejos con el fin de animar sus cuerpos ante el temporal.

fondue recién hecha

La primera receta publicada data de 1825 y es obra del cocinero francés Brillant-Savarin. Desde ese momento, la receta ha traspasado la frontera. La fondeu de queso es popular mundialmente, aunque cada país la ha ido adaptando.

Cuando vayas a preparar una fondue hay que tener en cuenta varios puntos importantes. El queso debe de ser de calidad y tiene que estar a temperatura ambiente. Rállalo antes de empezar a cocinar y utiliza una cacerola de fondo grueso. Para remover la fondue forma ochos para asegurar que se mezcla todo de manera uniforme.

Ingredientes

Preparación de la fondue de queso

  1. Rallar y/o trocear los quesos.
  2. Cortar el diente de ajo por la mitad y frotarlo el interior de la cacerola. Retira los trozos grandes de ajo que hayan caído en el fondo de la cacerola, pero deja los más pequeños.
  3. Poner la cacerola a fuego medio y vierte un par de vasos grandes de vino blanco seco.
  4. Dejar calentar hasta que el vino empiece a burbujear. Añade un tipo de queso y remueve con un movimiento en forma de ocho utilizando una cuchara de madera.
  5. Una vez que el queso se haya derretido, incorpora otra variedad de queso. Repite el proceso hasta que haya utilizado todo el queso y la mezcla esté lo bastante espesa para cubrir la parte posterior de la cuchara. Vierta más vino si la mezcla estuviera demasiado espesa.
  6. Por último, sazónalo con sal y pimienta negra molida al gusto.

Paso a paso en imágenes

Vídeo de la receta

Por si todavía te has quedado con dudas, te dejamos con el vídeo de la receta.

Degustación

Para servir, te recomendamos mojar dados de baguette del día anterior, patatas con piel al vapor cortadas en trozos pequeños y cogollitos de brécol al vapor en la fondue.

Al ser un plato con mezcla de quesos salados la mejor opción para maridar es un buen vino blanco mejor que un vino tinto. Si de cualquier modo prefieres un tinto, te recomendamos elegir uno joven o de baja estructura.

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