El queso es un alimento lácteo muy adorado por todos los públicos. Se puede ingerir bien solo o acompañado, troceado o fundido, fresco o curado… Este producto puede estar presente en nuestra alimentación de muchas formas. Sin embargo, con sólo una porción diaria podemos obtener el aporte lácteo que necesitamos para tener una alimentación equilibrada y completa.
Fuente de proteínas de calidad
Las proteínas son uno de los tres macronutrientes que tenemos que consumir a diario. Además de encargarse de la reparación y el crecimiento de los músculos, también intervienen en el correcto funcionamiento del organismo. Son imprescindibles en procesos hormonales y enzimáticos. Asimismo, transportan oxígeno a todo el cuerpo a través de la hemoglobina y crean anticuerpos para fortalecer el sistema inmunológico.
El queso incluye proteínas de alto valor biológico. La cantidad de proteínas que aporta es incluso superior a las de su materia prima, la leche. Para conocer el aporte de proteína es fundamental revisar la información de valores nutricionales de cada etiqueta. El consumo de proteína es más efectivo, si se distribuye durante todas las comidas del día.
Contiene zinc
El zinc es uno de los encargados de ayudarte a tener un sistema inmunológico fuerte. Te permite luchar contra los resfriados. Además, favorece a mantener sano el cabello, pelo y uñas.
El aporte del zinc del queso se encuentra en torno de 4 mg por 100 g, aunque puede variar dependiendo del tipo de queso. Por ejemplo, el queso emmental contiene 4,6 mg seguido del queso azul y el gruyére con 4,1 mg.
Tiene ácido fólico
El queso es uno de los alimentos más recomendados en las dietas de las embarazadas. El queso es uno de los productos lácteos con mayor cantidad de ácido fólico. Presenta importantes beneficios durante la etapa gestacional. Entre las ventajas destacan la reducción del riesgo de sufrir anemias, abortos o nacimientos prematuros. De igual modo, el queso favorece la producción de leche materna. Es un complemento genial para las mujeres lactantes. Los quesos con mayor aporte de ácido fólico son los quesos maduros y los quesos azules.
Fuente de calcio
El calcio es uno de los minerales más necesarios e importantes para el cuerpo humano. El queso es un alimento con mayor concentración de calcio. Este mineral ayuda a constituir y mantener los dientes y huesos sanos. De igual modo, es fundamental para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
Además, el calcio favorece a que la sangre circule a través de los vasos sanguíneos y libera hormonas y enzimas necesarias en las funciones del organismo. Una porción de 100 gramos de queso vale por el requerimiento diario de una persona adulta. El queso debe estar presenta en la dieta de niños y adultos al igual que otros lácteos como el yogur y la leche.
Alto contenido en vitaminas del grupo B
El queso contiene vitaminas del grupo B. Destaca la vitamina B12, la vitamina B9 (ácido fólico), la vitamina B1 (tiamina) y la vitamina B2 (riboflavina). La vitamina B12 es muy importante para toda la población. El aporte diario de vitamina B12 recomendada es de entre 2,4 y 2,8 microgramos.
Dentro de los diferentes quesos, los que presentan una mayor cantidad de vitamina B12 son el queso suizo y el queso Parmesano Reggiano.
Vitaminas A y D
Las vitaminas que aportan los alimentos lácteos son imprescindibles para el funcionamiento correcto del organismo. La vitamina A es una vitamina liposoluble primordial para el crecimiento, la visión, la división celular, el crecimiento y la capacidad de reproducción.
El queso es un alimento rico en vitaminas A y D. Estas ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a conservar los huesos y los dientes sanos. La cantidad de vitamina A en el queso es similar independientemente del tipo de queso. Por ejemplo, el queso cheddar proporciona 440 mcg de vitamina A por cada 100 gramos; mientras el queso de tetilla, 389 mcg; y el queso gorgonzola, 364 mcg.
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