El queso es un producto muy variado. Existen más de 2.000 variedades en todo el mundo. A esto hay que tener en cuenta la evolución continua. Con tanta variedad y cantidad de quesos, algunos destacan por sus excentricidades.
Aquí te presentamos los quesos más raros.
Queso Bitto
Este queso alpino, elaborado únicamente en los meses de verano, se puede degustar tras una maduración de hasta 15 años. La palabra bitto designaba el queso entre los celtas. Probablemente, venga de la raíz bittu que significaba “eterno”. En principio, su elaboración artesanal se efectuaba entre los meses de junio a septiembre. Pasaba por un proceso de doble maduración: primero, en las cabañas de pastores de los Alpes, a la excepcional calidad de cuyos pastos debía sin duda su sabor, y después, ya durante el otoño y el invierno, durante años incluso, se añejaba en las granjas o queserías del valle.
Es un queso con un aroma dulce y afrutado que, a medida que se desarrolla el proceso de maduración (siempre durante más de 70 días), se va haciendo más intenso y picante. Fresco es un queso de mesa y tradicionalmente se toma con nueces. Su corteza es de un color amarillo suave. El paso del tiempo la endurece y la hace más oscura. Ya envejecido, se asemeja al parmesano y, como éste, puede rallarse para usos culinarios.
💡 El queso bitto es el queso comercializado más antiguo del mundo.
Queso de Camello
El queso de camella, también llamado queso de Mauritania está elaborada con leche de camella. Se trata de un queso de pasta blanda y cremosa. Está tapado por una cáscara enmohecida, pero con un gustillo algo más salino que recuerda al queso de cabra.
Queso Casu Marzu
Este queso italiano cuenta con larvas vivas. En 2009, el récord Mundial Guinness proclamó el queso más peligroso del mundo. Las moscas del queso colocan sus huevos en las grietas que se forman en el queso. Las larvas eclosionan y los gusanos se abren paso a través de la pasta. Ellos digieren las proteínas y convierten el alimento en un queso cremoso suave.
Algunas personas giran el queso a través de una centrifugadora para mezclar el queso con los gusanos. A otras les gusta natural, abriendo la boca y comiendo todo.
Queso Epoisses de Bourgogne
Este queso francés era el preferido de Porthos en los Tres mosqueteros. Dado su fuerte aroma, se recomienda servirlo solo y no utilizarlo para cocinar. Su corteza presenta un color ladrillo claro. Se lava con aguardiente durante su periodo de maduración. En boca, su sabor es deliciosamente rústico, cremoso y refrescante. Un retrogusto a limón agrio que perdura en el paladar.
El queso favorito de Napoleón es uno de los más olorosos que existen. Para que te hagas una idea, en Francia se prohibió su movilización en trasporte público.
Queso Halloumi
El queso Halloumi pertenece al patrimonio cultural y gastronómico de Chile. Está elaborado con leche de oveja, cabra, y en versiones industriales, leche de vaca. Es de pasta semidura, curado o fresco. Su textura es similar a la mozzarella, sin embargo, presenta un contenido más alto en sal.
La característica principal de este queso es su alta temperatura de fusión. Esto permite que se pueda cocinar de varias maneras: frito, asado, a la plancha, etc. No se funde. Encontrar un queso de similares características es complicado.
Queso Milbenkäse
La singularidad de este queso es que madura con ácaros. Ellos segregan una enzima que modifican el Milbenkäse de amarillo a rojo. Tras su periodo de maduración consigue un color oscuro. Finalmente consigue un sabor picante y amargo.
Queso Pule
El queso pule es el queso más caro del mundo. Se elabora con leche de burra. Al ser muy escasa, se convierte en el queso más costoso del mundo. Su origen es serbio. El precio puede estar en torno a los 1.000 €/kg.
Queso Stinking Bishop
Este queso, famoso por su fuerte olor, debe su nombre a una variedad de pera llamada "Bishop". Stinking Bishop es un queso de leche de vaca, lavado en perada, un licor hecho a partir de estas peras. El proceso de lavado le confiere al queso una corteza húmeda y pegajosa que es responsable de su distintivo aroma penetrante. A pesar de su olor, el interior del queso es sorprendentemente suave, con un sabor rico y cremoso. Este contraste entre olor y sabor lo hace único en el mundo de los quesos.
Queso Winnimere
El queso Winnimere está elaborado con leche de vaca ayshire. Su corteza es lavada. Tras su periodo de maduración (dos meses), se cepilla de forma regular con cerveza local. Cada queso es rodeado por una tira de corteza de abeto. De esta manera, mantiene su forma y también imprime sus aromas. Este queso también es uno de los más caros. Su precio ronda los 80€/kg.
Queso de Yak
Este queso se elabora con leche procedente del yak. Se trata de un animal que vive en Nepal, en montañas con niveles de altitud de más de 4.000 metros. Los habitantes de dicho lugar los consideran un regalo. De los yaks aprovechan la lana y utilizan su leche para producir queso. Estos quesos contienen menos grasas y más proteínas que los quesos tradicionales. Son quesos más sanos.
Chhurpi se consume típicamente masticándolo lentamente, lo que permite que se ablande y libere un sabor suave y ligeramente ácido. Este queso no solo es una fuente importante de proteínas en la dieta local, sino que también es parte integral de la cultura del Himalaya.