El queso es un alimento muy apreciado por su gran variedad de sabores, aromas y texturas. Puede elaborarse con leche pasteurizada o cruda, y cada una de estas formas de producción conlleva diferentes características. Si el queso está hecho con leche pasteurizada se garantiza la seguridad y homogeneidad del producto final, ya que durante el proceso término se calienta a 72º C durante unos segundos. Por otro lado, al optar por leche cruda, el producto final presenta sabores, aromas y texturas más intensas. Aunque esta última forma de elaboración conlleva algunos riesgos, no significa que los quesos no sean garantizados sanitariamente; al contrario, se deben tomar medidas de control muy estrictas para ofrecer todas las garantías legales necesarias.
Este tipo de queso presenta sus beneficios, como la posibilidad de obtener productos únicos e irrepetibles, ya que no están fabricados con máquinas. Además, su sabor evoca al territorio de donde es originario, y los que tienen una maduración superior a sesenta días se consideran "seguros". Para garantizar la calidad y seguridad, la leche debe proceder de animales sanos y el proceso de elaboración debe cumplir unas condiciones higiénicas muy estrictas para evitar contaminaciones. Finalmente, al elaborar queso con leche cruda se continúa la tradición campesina propia de cada territorio, que durante siglos han depurado las técnicas que mejor se adaptan a sus terrenos y costumbres. Estamos ante unos quesos gourmet de calidad superior, que ha sido elaborados mediante técnicas ancestrales y que cumplen con todas las medidas de seguridad para su consumo.
NEWSLETTER
Recibe información sobre la cultura del jamón y el queso y nuestras mejores ofertas.
